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sábado, 10 de julio de 2010


SER MAESTRO

               Es una verdadera pena que gente valiosa no pueda vivir de una manera no solo decorosa, sino incluso holgada y bien reconocida, por el simple hecho de haber elegido una profesión u oficio que debiendo ser el más admirado y uno de los que más importancia conlleva para el ser humano, se encuentra tristemente devaluado en nuestro país.
               Me refiero al magisterio, una profesión vital para el desarrollo de la humanidad y que en muchos países reviste gran importancia, sin embargo en nuestro país no está bien reconocida, ni bien remunerada, lo cual es un problema que no parece preocuparle al común denominador de la gente y en mi opinión es un factor de peso que nos arrastra como un gran lastre que no nos permite salir de nuestro subdesarrollo.
               En mi pais , la mayoría de la gente ve en un maestro de primaria a alguien que no fue capaz de ser otra cosa. En definitiva es poca la gente que valora el maravilloso trabajo que desarrollan estas personas y muestra de ello es el salario que perciben. No conozco a ningún maestro de primaria en nuestro país que tenga un salario mayor al de un ejecutivo y me pregunto ¿qué tiene mayor importancia, hacer negocios o formar personas?
              Pero al parecer en esta posmodernidad estamos tan absortos en los temas materiales que hemos perdido de vista lo verdaderamente importante: “las personas”.
Algo tenemos que hacer para revertir esta situación desafortunadamente generalizada, tanto en el ámbito de la educación pública, como en la privada. Es claro para mí que el concepto en general está equivocado y que tiene que haber un cambio radical, el cual francamente se ve complicado de realizar. Debemos valorar y compensar de mejor manera a aquellos que son maestros de nuestros hijos.
Tenemos que reivindicar esa profesión, tenemos que darle el peso y el valor que tiene, tenemos que lograr que la palabra “maestro” implique un mayor respeto por sí misma.
              Yo quisiera en un futuro cambiar mi ocupación de ejecutivo por la de maestro, para lo cual tendría primero que lograr cuando menos dos cosas, ahorrar mucho para poder vivir dignamente y aprender mucho más cosas para poder hacer un buen papel como maestro.
Para ser maestro hay que estar abierto al aprendizaje continuo, para jamás cristalizarse ni anquilosarse, como lo dice esa conocida frase: “El maestro vive en los zapatos del alumno” o aquella que dice: “Cuando el aprendiz está listo, aparece el maestro”.
               De alguna manera, para toda la gente que no valora en su justa dimensión a un maestro, sería de utilidad recordarles que la persona que más ha influenciado al mundo en la historia de la humanidad y de la que más podemos aprender, no fue un político, ni un militar, no fue empresario, ni alto ejecutivo, de hecho nada parecido, ni nada a lo que hoy en día se asocie con la grandeza. El único oficio que se le conoció desempeñara y por cuestión de un mero apoyo hacia su padre, fue el de carpintero, pero la gente con la que se relacionó y que permitió que tocara su alma de alguna manera, le llamó cariñosa y respetuosamente: “Maestro”.

TEXTO TOMADO DEL BLOG DE CARLOS MOLINAR BERUMEN
Tiene una trayectoria de 30 años como alto funcionario en la industria del seguro en México y ha impartido más de 1200 horas de capacitación en temas técnicos de seguros, ventas, negociación y de desarrollo humano.
Ha formado y dirigido equipos por más de 35 años, tanto en el ámbito deportivo como en el empresarial.
Ha impartido conferencias y capacitación en Bancomer, Chubb, Grupo Nacional Provincial, Inbursa, Allianz, Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros, Asociación Mexicana de Agentes de Seguros, Asociaciones y Redes de Empresas Latinoamericanas de Seguros, Partido Acción nacional

COMO SE PARECE A NUESTRA REALIDAD, ESTO DEMUESTRA QUE LA DISTANCIA NO SIGNIFICA NADA, NUESTROS PROBLEMAS SON LOS MISMOS QUE LA DE NUESTROS HERMANOS MEXICANOS. SI NUESTROS PROBLEMAS NOS UNEN,  LAS SOLUCIONES NOS DEBEN UNIR MÁS.